Propietaria y Gobernanta

María Isabel Rey Álvarez

Propietaria / Gobernanta
María Isabel Rey Álvarez

Propietaria / Gobernanta

Curso Avanzado Gerocultor.

Especialización: Dirección y Gestión de Centros y Servicios de Atención a Tercera Edad.

Esteticista y Peluquera.

MBA Gestión Empresarial.

Experto En Gestión Preventiva.

Máster en Calidad y Medio Ambiente.

Curso Manipulador de Alimentos.

 

Mi nombre es María Isabel Rey Álvarez, Isabel, nacida en Turón en 1950, tercera de cinco hermanos de padres Julián, de profesión minero, y Rosa.

Tras finalizar mis Estudios Primarios a los catorce años, me puse a trabajar y conseguí ganar lo suficiente para sufragar mis estudios de Peluquería y Estética. Con mucho esfuerzo, trabajando, estudiando y criando a mi primer hijo Jesús, a los 26 años pude establecerme por mi cuenta y con gran empeño obtener el éxito de mi pequeño primer negocio.

En el año 1999 mi marido Jesús y yo, junto a otros socios, comenzamos una nueva andadura en el ámbito sociosanitario, hasta convertirnos el 1 de Julio de 2021 en los únicos propietarios de la que actualmente es conocida como Residencia Los Fresnos.

Sin duda esta aventura empresarial fue a la que he dedicado el mayor esfuerzo y empeño de mi vida, con el fin de que nuestros mayores fueran los más felices posible y dejarles un legado a nuestros hijos.

En este tramo de mi vida he delegado la dirección de la Residencia Los Fresnos en mis dos hijos Jesús y Alejandro.

Doy gracias a Dios, de que a nuestros hijos muestren el mismo interés y cariño por los residentes, tirando del carro como hasta hace pocos lo hacíamos su padre y yo. Y aunque por si solos hacen las cosas muy bien, nos siguen pidiendo consejo y nos hacen partícipes de todo lo que pasa en la residencia porque saben que disfrutamos mejorando las vidas de nuestros abuelos y saben que la Residencia Los Fresnos es nuestra vida.

Les doy mi agradecimiento a los residentes y sus familiares por confiar en nosotros y cuando me felicitan por la amabilidad y el trato que les muestran mis hijos.

Les doy mi agradecimiento a los trabajadores, que me dicen estar encantados con mis hijos y que se sienten muy arropados. Nuestro personal es extraordinario, con todo el miedo que pasamos durante el 2020, acudieron siempre a su puesto de trabajo sin vacilar, actitud por la que les estoy tremendamente agradecida. Les entiendo puesto que cuando llegó la pandemia, la situación daba pánico y en las horas más oscuras mis hijos tuvieron la oportunidad de brillar.

Jesús iba improvisando los protocolos para proteger a los abuelos y fue a buscarse la vida hasta el fin del mundo para poder encontrar personal, mascarillas, guantes, batas, termómetros y lo que fuera necesario para proteger a nuestros residentes y a nuestros trabajadores, pagando lo que fuera y con la impresionante ayuda de las auxiliares, que fueron muy ingeniosas haciendo trajes de protección. ¡Ni se sabe lo que se gastamos en bolsas de basura para confeccionarlas!

A mi hijo Jesús le agradezco ese esfuerzo tan grande que hizo, consiguiendo de todo y ayudando en todo momento a gestionar la situación a su hermano Alejandro.

Alejandro estuvo allí presente todas las horas del día de lunes a domingo, pues se pasaba hasta catorce horas seguidas y más, para solucionar los problemas que surgían, con el teléfono operativo para lo que hiciese falta las 24 horas del día. Los trabajadores me transmiten siempre su agradecimiento porque en todo momento estaba allí presente, porque fue un apoyo enorme y porque de verdad se sintieron muy arropadas por él.

A mi hijo Alejandro le agradezco ese esfuerzo tan grande que hizo, al ser mi marido y yo personas de riesgo, ocupándose de todo, facilitándonos las cosas y tranquilizándonos día a día, y aunque lo veíamos que estaba agotado, siempre nos informaba de todo con su habitual sonrisa simulando que todo estaba bien.

Por todo esto y por muchísimo más: ¡Papa y yo nos sentimos muy orgullosos de vosotros!