Neuropsicóloga

Noelia Herrera Terán

Neuropsicóloga
Noelia Herrera Terán

Neuropsicóloga

Master en Neuropsicología Clínica Infantil y del Adulto.

Licenciada en Psicología.

Técnico en Integración Social.

 

Según mi DNI Noelia Herrera Terán, un número largo y una letra. Imagino que no muy diferente de ti que me lees. Sin embargo, estás aquí por algo más, para saber cuál es mi especialidad, y en ese caso, te adelanto que no son las croquetas de calamares.

Llevo muchos años formándome para ofrecerte mucho más que mi compromiso para que todo vaya bien, así que aquí te pongo el papeleo que decora mi despacho, o al  menos una parte. Soy Técnico en Integración Social desde 2008, Psicóloga desde 2013 y Magister en Neuropsicología Clínica Infantil y del Adulto desde 2016. Además he realizado otros Máster y Cursos de experto entre los que se encuentra Psicología Forense. Me gusta estar a la última, y es que para mí, mi trabajo es algo más que una profesión, ya que cada vez que veo que mi granito de arena aporta beneficios a alguien, es una gran recompensa a nivel personal, por esto, siempre que puedo realizo congresos que me ponen en contacto con la actualidad de lo que hacen mis colegas para poder acercarlo a quienes decidáis contar conmigo.

Natural de Burgos, aunque como suelo contar, también soy un poco donostiarra, un poco barcelonina, un poco carbayona y otro tanto culo moyáu. Digo esto, porque de cada ciudad que he podido disfrutar durante largos periodos, me llevo su semillita dentro de mí y lo recuerdo con cariño. Soy una persona muy práctica y me gusta ver que soy el presente, formado de retazos de mi pasado y el proyecto de mi futuro, del que espero que puedas formar parte.

De mi pasado recuerdo con cariño a mi padre y a todos los seres queridos que he tenido que ir diciendo hasta pronto. Todos y cada uno de ellos me han hecho ser más consciente de que la vida es para vivirla y disfrutarla, que está bien pedir ayuda y que uno solo, por muy fuerte que sea, llega un momento en el que necesita apoyo.

Me gusta pensar que mi trabajo consiste en regalar más tiempo de calidad a las familias y a las personas que padecen alguna discapacidad cognitiva y mental, para que puedan disfrutar plena y conscientemente de los momentos de felicidad que ofrece la vida.

Mi vida laboral comenzó a los 18 años en una cadena de comida rápida compaginando el trabajo con mis estudios de Bachillerato. Lo hacía con un objetivo claro, estudiar Psicología, lo que suponía tener que marchar de la casa de mis padres, y para intentar que aquello fuese viable, tenía que trabajar.

Por circunstancias varias elegí primero formarme en Integración Social y así tenía otros dos años para seguir trabajando e ir haciendo mochila. Entre tanto, cada verano daba las vacaciones a mis compañeros en la cadena de producción de una multinacional. Comenzar una nueva etapa lleva inevitablemente conocer gente nueva, así que cuando comencé mis estudios en Integración Social, conocí a una persona SÚPER- ESPECIAL, María, apenas un año mayor que yo.

María, es indescriptible, es como un rayo de sol entrando por la ventana en pleno invierno o la brisa del mar sobre la cara un día de calor sofocante. Recuerdo encontrarla cada mañana sentada en su asiento recibiéndome o incluso sin haber terminado de subir las escaleras encontrarme con un efusivo saludo y una sonrisa que iba de lado a lado de su rostro. Las clases las pasábamos hablando y riendo, los fines de semana que salíamos de fiesta eran recordados el resto de la semana hasta que llegaba el próximo. Cuento la historia de María porque ella y su familia son el motivo de dedicarme a la Neuropsicología.

Un día llegué a clase y María no estaba. Era un día extraño. Al poco nos dieron la noticia. María había tenido un accidente el día anterior por la tarde, estaba en la UCI. No lo dudé ni un momento y me fui, junto con otros compañeros, a su encuentro. No lo podíamos creer, ¡María no!

María volvió a vivir con la ayuda de los médicos, pero hoy en día, María camina, habla y es quien es gracias a los esfuerzos que hace diariamente junto con su familia. El esfuerzo y la tenacidad son admirables, tengo muy claro que si no es por ellos la situación no sería  la que es.

Cuando María salió del hospital su padre habló conmigo, me dijo que sabía que quería dedicarme a la Psicología, pero que por favor, tirase por la Neuropsicología, que era realmente necesario ya que apenas había profesionales. Sentí la desesperación de un padre que quiere ayudar a su hija y que no encuentra los recursos necesarios disponibles. Esa frase quedó grabada a fuego en mi interior. Quería hacer todo lo que estuviera en mi mano por recuperar a  mi Mari.

Actualmente María es un icono y un referente en Burgos. Estoy convencida de que María es un ángel que ha venido a concienciarnos como sociedad. A mí ya me ha cambiado y me ha dejado como legado hacer todo lo posible por ayudar a personas que han sufrido un impacto cerebral, y que ha afectado a sus capacidades cognitivas en mayor o menor medida, así como a sus familias.

 Esta es la esencia de lo que aporto en la Residencia Los Fresnos, mis conocimientos, mis valores, mi honestidad, mi cercanía y mi calidez.

Si has llegado hasta aquí, me gustaría darte las gracias por leerme y dedicar tu valioso tiempo a conocerme. Si quieres acercarte un poco más a mí y a mi campo profesional, te invito a que visites mi web www.46onzas.es donde voy dedicándole ratitos a poner contenido nuevo y acercaros mi mundo.